¡¡ Este es tu Sitio !!


La derecha y la izquierda iberoamericanas, unidas contra el aborto

16.06.2014 17:27

Eurico Campano

 

Incluso el expresidente uruguayo, Tabaré Vázquez, socialista, masón, y antiabortista, se opuso en 2008 a que el Parlamento de su país refrendara una ley de despenalización al aborto.

Incluso la izquierda iberoamericana lo tiene muy claro. Incluso personajes tan conspicuos como el expresidente uruguayo, Tabaré Vázquez, socialista, masón... y antiabortista, se opuso en 2008 a que el Parlamento de su país refrendara una ley de despenalización al aborto. También se han pronunciado otros expresidentes, como el conservador chileno Sebastián Piñera. Pero en España, el PP, sigue con sus complejos.

Éste es parte del texto que Tabaré Vázquez hizo público por aquelos días para dejar clara su posición. Adviértase su referencia al caso español, al final del primer párrafo de los que extractamos:

"Hay consenso en que el aborto es un mal social que hay que evitar. Sin embargo, en los países en que se ha liberalizado el aborto, éstos han aumentado. En los Estados Unidos, en los primeros diez años, se triplicó, y la cifra se mantiene: la costumbre se instaló. Lo mismo sucedió en España.

La legislación no puede desconocer la realidad de la existencia de vida humana en su etapa de gestación, tal como de manera evidente lo revela la ciencia. La biología ha evolucionado mucho. Descubrimientos revolucionarios, como la fecundación in vitro y el ADN con la secuenciación del genoma humano, dejan en evidencia que desde el momento de la concepción hay allí una vida humana nueva, un nuevo ser. Tanto es así que en los modernos sistemas jurídicos -incluido el nuestro- el ADN se ha transformado en la “prueba reina” para determinar la identidad de las personas, independientemente de su edad, incluso en hipótesis de devastación, o sea cuando prácticamente ya no queda nada del ser humano, aun luego de mucho tiempo.

El verdadero grado de civilización de una nación se mide por cómo se protege a los más necesitados. Por eso se debe proteger más a los más débiles. Porque el criterio no es ya el valor del sujeto en función de los afectos que suscita en los demás, o de la utilidad que presta, sino el valor que resulta de su mera existencia".

Otro expresidente, el chileno Piñera, en defensa de la vida

Seis años después, otro expresidente, en éste caso el conservador chileno Sebastián Piñera, que lo fuera entre los años 2010 y 2014, hacía pública una carta, a través del diario El Mercurio, en el que defendía sin ambages su posición antiabortista y en defensa del derecho a la vida. Por su interés, la reproducimos en su integridad:

"En Chile se está desarrollando un debate que ha cruzado al mundo entero y que confronta el derecho del niño a nacer (pro vida) con el derecho de la madre a abortar (pro elección).

A veces este debate se confunde con situaciones sensibles y extremas, como embarazos que ponen en riesgo la vida de la madre, embarazos producto de violaciones o inviabilidad del feto.

Antes de analizar estos casos extremos es necesario dilucidar el tema de fondo: ¿tiene derecho el niño a nacer?, o ¿tiene derecho la madre a abortar? Por razones de diversa naturaleza, creemos que debe prevalecer el derecho a la vida por sobre el derecho al aborto.

La primera es de naturaleza moral, y dice relación con la esencia y dignidad de la vida humana. No se trata de una decisión que competa solamente a la madre o a los padres del niño que está por nacer. Desde el momento de la concepción, está involucrada también la vida de un ser nuevo, único, irrepetible y distinto a sus padres que debe ser defendida con mayor fuerza precisamente por su condición de plena inocencia e indefensión.

La segunda razón es de naturaleza jurídica. Nuestra Constitución Política asegura a todas las personas el derecho a la vida. Y tanto la Corte Suprema como el Tribunal Constitucional han fallado invariablemente que, de acuerdo a nuestro ordenamiento jurídico, el niño por nacer (nasciturus) es también una persona, cuya vida debe ser protegida. De hecho, la propia Constitución le encarga al legislador la adopción de las medidas necesarias para "proteger la vida del que está por nacer".

La tercera razón es de naturaleza práctica. En la duda siempre es mejor optar por la vida. Porque aun si no tuviéramos certeza respecto del tratamiento jurídico que ha de darse a una vida humana en gestación, lo correcto y sabio es asumir una posición humilde, y optar por aquella que sea más favorable a la protección y desarrollo de esa vida.

Sin perjuicio de la necesaria separación entre las iglesias y el Estado, dada la tradición y mayoría de cristianos en la sociedad chilena, es importante considerar la concepción predominante sobre el origen de la vida. Para los cristianos, los seres humanos somos creados a imagen y semejanza de Dios. La vida es un don de Dios. Solo Él tiene el poder de darla y el derecho a quitarla. Por eso debemos proteger la vida y dignidad humana desde su concepción hasta su muerte natural, y, por lo mismo, oponernos a la eutanasia y a la pena de muerte.

El 21 de mayo recién pasado, la Presidenta Michelle Bachelet anunció el envío al Congreso de un proyecto para despenalizar el aborto en tres casos específicos, especialmente sensibles y dolorosos: peligro de vida de la madre, violación e inviabilidad del feto. Analicemos:

1. Peligro de vida de la madre: creemos que no solo es legítimo, sino también legal, que a una mujer embarazada cuya vida corre peligro se le apliquen los tratamientos médicos necesarios para intentar salvar su vida, aún cuando, como resultado no deseado, esos tratamientos pongan en riesgo la vida del niño que está por nacer. En estos casos, a diferencia del aborto, el objetivo del tratamiento es salvar la vida de la madre, y no terminar con la vida del feto. Estos tratamientos terapéuticos son de común aplicación hoy en Chile, tienen protocolos de aplicación tanto en la salud pública como en la privada, y por no constituir ningún ilícito, no deben ni están penalizados en nuestro país.

2. Violación e inviabilidad del feto. Sin duda, en estos casos la mujer embarazada requiere de un apoyo y protección muy especial. Pero el crimen de la violación no se compensa, sino que se agrava con la muerte de la criatura inocente e indefensa que ha sido concebida. Adicionalmente, estas propuestas supondrían atribuirles a algunos el derecho a decidir qué niño tiene derecho a nacer y qué niño debe morir.

Pero no basta simplemente con oponerse al aborto, aunque sea con buenas razones. No sabemos con certeza cuántos abortos provocados se realizan cada año en Chile, entre otras razones, porque se trata de una conducta ilícita, por lo que la inmensa mayoría se hacen de manera clandestina y en precarias condiciones sanitarias. Sí sabemos que su número se contaría en decenas de miles cada año. Es decir, estamos frente a una situación dramática no solo para esos miles de niños que nunca llegarán a nacer, sino también para sus madres, que muchas veces producto de esos abortos clandestinos arriesgan sus vidas, sus familias y la sociedad toda.

En consecuencia, debemos intentar desentrañar sus causas profundas, comprender mejor sus consecuencias e implementar mejores políticas para prevenir los embarazos no deseados y los abortos. Este fue un compromiso central de nuestro gobierno, a través de múltiples políticas públicas en defensa de la vida, la niñez y la familia, entre las cuales cabe destacar la ampliación del posnatal de tres a seis meses, el incremento de su cobertura de una de cada tres a la totalidad de las mujeres trabajadoras en edad fértil y la sala cuna universal, beneficiando así a más de dos y medio millones de mujeres trabajadoras chilenas, de forma que la maternidad no sea un obstáculo para acceder a un trabajo ni el trabajo un obstáculo para ser madre.

También a través de programas del Sernam, como el de Maternidad Vulnerable, que presta atenciones a mujeres con problemas relacionados con el embarazo o la maternidad, tales como acceso al pre y posnatal, depresión pre y posparto, embarazos no deseados, duelo por pérdida de un hijo, problemas de pensión de alimentos, tuiciones, etc., y el orientado a las madres adolescentes, que atiende a miles de mujeres en materia de reinserción educacional y laboral, cuidado de niños y prevención de nuevos embarazos no deseados, entre otros.

Ninguna madre recurre al aborto sin experimentar un profundo desgarro interior, y la mayoría de las veces impulsada por un sentimiento de angustia y abandono. La sociedad puede y debe ayudar, acompañar y apoyar con mayor cercanía, oportunidad y eficacia a estas madres.

Algunos esgrimen que Chile sería un país menos moderno y civilizado por no imitar lo que han hecho otras naciones supuestamente más desarrolladas, donde el aborto no solo es legal, sino ampliamente aceptado. Pero están equivocados. Olvidan que Chile tiene una tradición más que centenaria de protección de derechos fundamentales. Que fuimos uno de los primeros países del mundo en establecer la libertad de vientres y prohibir la esclavitud. Y que precisamente la forma como una sociedad trata a sus miembros más débiles -los adultos mayores, los enfermos, los más pobres, los que sufren alguna discapacidad y los niños que están por nacer- habla con mayor elocuencia sobre su verdadero grado de modernidad y civilización".

Y el PP...¿qué opina del aborto?

Derecha e incluso parte de la izquierda iberoamericana unida en la defensa de éste inalienable derecho a la vida. Sin dudas, sin ambigüedades. Sin medias tintas ni pelos en la lengua. Pero... ¿qué ocurre con la derecha española que encarna -en teoría- el Gobierno del partido Popular? Veamos algunos ejemplos:

Cristina Cifuentes, por ejemplo. Hoy mismo, lunes 16 de junio, al término de uno de los tradicionales desayunos que con su habitual eficacia convoca y dirige José Luis Gómez, la delegada del Gobierno en Madrid ha reiterado por enésima vez sus "dudas sobre la Ley del Aborto presentada por el ministro de Justicia, Ruiz-Gallardón". A Cifuentes le parece que hay que hacer más esfuerzos para conseguir un mayor consenso social en una ley que regula un asunto tan delicado como éste, que provoca una división feroz en la sociedad". Cifuentes, eso sí, ha eludido entrar en demasiadas honduras y se ha agarrado casi exclusivamente en atacar dos de los puntos de la monstruosa Ley que Zapatero llevó al BOE en 2010: que las menores de 16 años pudieran abortar sin consentimiento paterno y que la 'píldora del día siguiente' se dispensara sin autorización médica. Son dudas y ambigüedades semejantes a las que han planteado otros dos poderosos barones territoriales del PP; el extremeño José Antonio Monago y el gallego Alberto Núñez Feijóo. ¿No será que en esto, como en tantas otras cosas, el PP y el PSOE son, como la pagana deidad Jano, a la que adoraban los romanos, bifrontes? PP y PSOE, PSOE y PP como dos caras de una misma 'sagasta-canovista' moneda ideológica.

Enlace articulo original: https://www.gaceta.es/noticias/derecha-izquierda-iberoamericanas-unidas-aborto-16062014-1427

 

—————

Volver